Algunos de nosotros nos levantamos, miramos el reloj y, si bien sabemos que sería bueno sentarse a disfrutar de un desayuno saludable de manera consciente, sentimos que la prisa de la mañana no lo hace posible. Una taza de café, un tostada insípida y seca con algo de mantequilla o mermelada y salimos corriendo. Otras personas simplemente compran algo rápido camino al trabajo o simplemente no desayunan. El desayuno, ¿constituye una comida tan importante? ¿Es posible compensar el desayuno con las demás comidas del día?

La respuesta no es tan simple. ¿Por qué salteas el desayuno? ¿Porque no has tenido tiempo, porque simplemente no tienes hambre o porque deseas perder peso? Veamos qué dicen las últimas investigaciones sobre la que en el pasado solía ser llamada “la comida más importante del día”.

En el caso de los niños en etapa de crecimiento, no existen dudas con respecto a que el desayuno constituye una comida fundamental. No obstante, en el caso de los adultos, el jurado todavía no ha llegado a un veredicto.

Desayunar de manera saludable aporta muchos beneficios a la salud. Según la Clínica Mayo, las personas que normalmente desayunan de manera saludable y de manera consciente, disfrutan de habilidades que estimulan la actividad cerebral. Asimismo, gozan de un mejor sistema inmunológico, un corazón sano, mejor piel, estabilidad en los niveles de energía, menor riesgo de sufrir trastornos alimenticios, control de su peso y longevidad.

En el caso del ayuno a corto plazo, algunos investigadores sostienen que las dietas que incluyen el ayuno y que consisten en no ingerir alimentos entre la cena y el almuerzo del día siguiente, aportan beneficios al sistema digestivo (permitiendo así la eliminación de toxinas), podrían ayudar a perder peso y a disminuir los niveles de colesterol.

No obstante, no todos los investigadores están convencidos de que los beneficios del ayuno a corto plazo sean mayores que sus riesgos.

Saltear el desayuno aumenta significativamente la posibilidad de provocar un aumento de la hiperglucemia (exceso de azúcar en el torrente sanguíneo). Otras investigaciones sostienen que si experimentas estrés al momento de ayunar (teniendo en cuenta que ayunar produce un estado de estrés en tu cuerpo), prolongar ese estado de ayuno al no comer a la mañana intensifica ese estrés y puede provocar una cardiopatía, así como también problemas serios de corazón y otras innumerbables condiciones no deseadas generalmente relacionadas con el estrés.

Dado que existen consecuencias tanto positivas como negativas asociadas con saltear el desayuno, mi sugerencia es que siempre prestes atención a cómo te sientes a corto y largo plazo cuando realices cambios en tus hábitos o estrategias de alimentación. Asimismo, debes tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

Recomendaciones:

1. Escucha las señales de hambre de tu cuerpo. Lleva tu atención al proceso de toma de decisiones con respecto a comer. En una escala del 1 al 10 (1 se considera muerto de hambre, mientras que 10 se considera completamente satisfecho), y para lograr un desempeño mente-cuerpo óptimo, lo más sensato sería comer cuando tu apetito baje al nivel 2 o 3 y dejar de comer cuando alcances el 7. Esta regla se aplica no sólo para el desayuno, sino también para el resto de las comidas del día.

2. Que sea liviano. Si finalmente decides desayunar pero también evitar bajones de energía durante la mañana, realiza un esfuerzo consciente para limitar tu ingesta de azúcar, grasa y calorías en exceso. Un jugo o batido de vegetales o frutas, avena (en copos), lácteos, tostadas de salvado, frutas secas y huevos son opciones que puedes tener en cuenta si deseas sentirte naturalmente despierto y alerta.

3. Presta atención. Si decides saltearte el desayuno alguna que otra vez para conocer los posibles beneficios del ayuno a corto plazo, presta atención a cómo te sientes durante todo el día. Si a mitad de la mañana sientes ganas de saquear una máquina expendedora de comida para satisfacer tu hambre, entonces puedes olvidarte de que tu día sea productivo, así como también de tu objetivo de controlar tu peso.

4. No te engañes. Si te salteas el desayuno simplemente porque no tienes tiempo (aunque tengas hambre), entonces surgirá el factor de estrés, lo que tal vez te haga sentir exasperado y afecte tu capacidad de toma de decisiones como consecuencia de tu malestar y tu estado de ánimo irritable.

5. Asesórate. Si quieres tomar en serio esta cuestión del ayuno y sostenerla en el tiempo, asegúrate de consultar con nutricionistas y médicos expertos antes de embarcarte en estos experimentos.