Seamos honestos: yo lo he hecho, tú lo has hecho y seguramente mucha gente que conoces lo sigue haciendo. Dormir con dispositivos electrónicos cerca quizás constituya uno de los riesgos a la salud más subestimados de nuestros tiempos.
En 2014, la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que, de acuerdo con la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, los campos electromagnéticos generados por los teléfonos celulares son posiblemente cancerígenos para los seres humanos. Los niños se encuentran en el grupo más vulnerables, ya que su cuero cabelludo y su cráneo son más delgados que los de los adultos. Por lo tanto, son más vulnerables a la radiación. Cuando compartí estas conclusiones con mi hijo adolescente, él se sorprendió e inmediatamente recibió con brazos abiertos las recomendaciones que encontrarás al final de este artículo.
El simple hecho de conocer estos riesgos a la salud debería servir como aliciente para mantener nuestros dispositivos fuera del dormitorio. No obstante, existen otras razones de gran importancia por las que deberíamos sentirnos motivados a que nuestro dormitorio esté libre de aparatos electrónicos.
La tentación de jugar juegos, revisar nuestra casilla de correo electrónico, intercambiar mensajes con amigos o leer las noticias, son sólo algunas de las muchas actividades que podemos realizar si permitimos la entrada de dispositivos electrónicos en nuestro dormitorio durante la noche. La mayoría de las veces, ceder a estas tentaciones tendrá como resultado que retrasemos la hora de irnos a dormir, lo que probablemente significará que reduzcamos nuestro tiempo de descanso, logrando como consecuencia que seamos víctimas de los síntomas característicos de la falta de sueño: decisiones erráticas, niveles bajos de energía, estado emocional volátil, fallas de memoria y una sensación generalizada de estrés, entre otras cosas.
Si estás en pareja, dedicar tiempo a tus dispositivos electrónicos dentro del dormitorio pondrá en riesgo el tiempo consciente y afectuoso que podrías estar dedicando a tu ser querido. La calidad de nuestras relaciones cercanas desempeña un papel muy importante en nuestro estado emocional, mental y físico. Por lo tanto, descuidar nuestras interacciones personales con nuestros seres queridos por pasar tiempo frente a la pantalla, seguramente tendrá un efecto nocivo. Cualquier experto en relaciones te dirá que la falta de comunicación y la falta de intimidad conducen al quiebre y eventual fracaso de la mayoría de las relaciones de pareja.
Pero basta de noticias negativas. Ahora que ya te alarmé lo suficiente, pasemos a los consejos simples que podemos poner en práctica para mejorar nuestras relaciones, mantenernos sanos y tener un gran día en el trabajo.
Recomendaciones:
No utilices tu teléfono celular como reloj despertador. Si realmente necesitas una alarma que te despierte en las mañanas, compra un reloj despertador que tenga una luz suave y cálida y un sonido natural para despertarte. Por favor, aléjate de esos dispositivos que suenan ruidosamente sin parar y que te despiertan sobresaltado y estresado.
Aplica un toque de queda sobre los dispositivos y cúmplelo. Antes que nada, debes tener una conversación honesta con los miembros de tu familia que vivan contigo respecto de los riesgos físicos, mentales y emocionales de utilizar dispositivos electrónicos en el dormitorio y establezcan un horario para el comienzo del toque de queda. La imposición viene luego del consenso. Como sabrás, las dictaduras duran poco en las sociedades civilizadas.
Busca un lugar fuera de la habitación para ubicar los dispositivos electrónicos. Elige una zona oficial determinada de tu casa en donde todos los miembros de tu familia dejen sus dispositivos electrónicos en modo de descanso o simplemente apagados. Una estación de carga familiar podría ser la solución. Los adultos de la casa deben predicar con el ejemplo, cumpliendo siempre esta regla. ¡Por favor, ojo con el doble discurso!
Ten un libro en la mesita de noche. Desde que comencé a poner en práctica esta estrategia, tuvo un efecto inmediato. Luego de acostar a mis niños, la mayoría de las veces deseo sumergirme en el siguiente capítulo del libro que estoy leyendo. A menos que mi esposa tenga otra idea en mente… ¡La literatura siempre puede esperar!
En resumen: ten cuidado con quién (o con qué) duermes…