Sri Nisargadatta Maharaj fue un Gurú, filósofo y maestro espiritual indio. Es considerado uno de los exponentes de la escuela no-dualista Advaita más aclamados del siglo XX. Esta rama sostiene que hay solamente Un Espíritu Eterno en existencia y que todo en el Universo deriva de él y constituye una parte inseparable de él. Como consecuencia de sus explicaciones directas y minimalistas, Sri Nisargadatta Maharaj es denominado el maestro de Advaita más famoso de todos los tiempos. En 1973, gracias a la publicación de su libro más exitoso, “Yo soy eso”, que fue traducido a muchos idiomas y que consiste en una traducción al idioma inglés de sus charlas, se hizo famoso y comenzó a tener seguidores a nivel mundial.
Primeros años de vida
Sri Nisargadatta Maharaj nació en el amanecer del 17 de abril de 1897, en el seno de una familia devota del hinduismo de Bombay, en la India. Creció entre 6 hermanos, dos varones y 4 mujeres, y dos padres muy religiosos. Su padre se desempeñó como empleado doméstico en Bombay y posteriormente se convirtió en un pequeño granjero.
Durante su juventud, Sri Nisargadatta Maharaj tuvo la oportunidad de observar la vida de pueblo y sin embargo desarrolló una inclinación hacia el cuidado del ganado, el cultivo de la tierra y la jardinería. Específicamente, le gustaba llevar el ganado de la casa hacia las afueras para su pastoreo, y de esta manera podía pasar momentos divertidos en la selva con los pastores de su edad.
Siempre le llamó la atención el misterio de la naturaleza. ¿Cómo es posible que surjan innumerables cantidades de granos en el campo cuando no hay nada más que tierra? ¿Cómo es posible que los mangos salgan de los árboles? ¿Por qué la semilla del marañón (o castaña de cajú) se encuentra afuera de la fruta cuando las semillas de todas las demás frutas están dentro de ellas?
Estas preguntas misteriosas y muchas otras más lo atormentaron durante su juventud. Las respuestas brindadas por los adultos no lo convencían. El rol misterioso y maravilloso que desempeña la naturaleza cautivó su mente y le brindó inspiración para amar al Universo. Desde pequeño siempre tuvo una naturaleza servicial. Respondía inmediatamente a un pedido de ayuda. En tiempos de dificultades, él corría a apagar fuegos y rescatar el ganado que se había caído en pozos, entre muchas otras cosas. Cuando hacía esto, no hacía distinciones entre castas.
¿Cómo es posible que todavía exista la pobreza cuando el mundo existe desde hace tanto tiempo? En el caso de los pueblos que son muy antiguos, ¿cómo es posible que los caminos que conducen a ellos sean tan primitivos y complicados? ¿Cómo es posible que haya diferencias de clases si todos los seres humanos somos iguales? Todas estas preguntas lo atormentaban. Si el mundo existía antes de que yo naciera, ¿cómo es que no supe que ya estaba allí? También le daba vueltas a estas preguntas místicas.
En 1915, como consecuencia de la muerte de su padre, Sri Nisargadatta Maharaj siguió a su hermano mayor y regresó a Bombay para mantener económicamente a su familia. En un principio, se desempeñó como empleado de bajo rango en una oficina pero rápidamente abrió una pequeña tienda, en donde vendía principalmente bidis (cigarrillos enrollados). Gracias a su naturaleza trabajadora y amable, su negocio comenzó a tener estabilidad y rápidamente fue dueño de una cadena de 8 tiendas de venta al público.
En 1924 contrajo matrimonio y tuvo 3 hijas mujeres y 1 hijo varón.
El despertar
En 1933 y por intermedio de un amigo conoció a su gurú, Sri Siddharameshwar Maharaj. Su gurú le dijo: “no eres lo que crees que eres…”. Luego, Nisargadatta recibió de parte de su gurú unas instrucciones simples, que él siguió al pie de la letra, y que luego recordaría:
“Mi Gurú me ordenó que prestara atención a la noción de “Yo soy” y que no prestara atención a nada más. Yo simplemente obedecí. No seguí ningún curso de respiración o meditación en particular ni estudié las escrituras. Pasara lo que pasara, yo apartaría mi atención de eso y volvería a la noción de “Yo soy”. Puede parecer demasiado simple y hasta rudimentario. La única razón para hacer esto fue que mi Gurú me lo había indicado. Y sin embargo ¡me dio resultado!
Para cumplir con las instrucciones que su gurú le había indicado para concentrarse en el sentimiento de “Yo soy”, utilizó todo el tiempo libre a su disposición para mirarse en silencio y se quedaría en ese estado los años posteriores, practicando meditación y cantando canciones religiosas.
El 9 de noviembre de 1936, luego de transcurridos casi 2 años y medio de relación con su gurú, Sri Siddharameshwar Maharaj murió habiendo cumplido con su tarea. Maruti (el nombre de nacimiento de Sri Nisargadatta Maharaj) había alcanzado la conciencia de sí mismo. Rápidamente adoptó un nuevo nombre, “Nisargadatta”, que significa “brindado por naturaleza” en la Conciencia sólida, perfecta y entera.
En 1937 dejó Bombay y viajó alrededor de la India. Finalmente, luego de darse cuenta de los defectos que conlleva una vida completamente alejada del mundo y de los mayores frutos espirituales que conlleva la acción libre de pasiones, regresó a Bombay con su familia en el año 1938. Allí transcurrió el resto de su vida.
Sus enseñanzas
De acuerdo con Sri Nisargadatta, el objetivo de la espiritualidad es conocer quién somos. Este punto de vista se evidencia en las charlas que brindaba en su humilde departamento de Bombay, donde se había armado una habitación en un entrepiso para recibir a sus discípulos y visitas.
Sri Nisargadatta establecía que nuestra verdadera naturaleza es la conciencia pacífica y perpetuamente libre, conocida como Brahman. La conciencia es la fuente, y al mismo tiempo es diferente, de la conciencia individual personal, que está relacionada con el cuerpo. La mente y la memoria son responsables por asociación a un determinado cuerpo; la conciencia existe antes del cuerpo y también antes de la memoria. Es simplemente la idea de que somos el cuerpo la que evita que vivamos lo que él denomina nuestra “esencia original”, el Verdadero Yo, que se conoce con el nombre de Atman.
Él describe esta esencia como pura, libre e inafectada de todo lo que ocurre. La asemeja a un testigo silencioso que observa todo a través de los sentidos del cuerpo y sin embargo no se conmueve, ya sea por felicidad o tristeza, en base a lo que ve.
Para Nisargadatta, el Yo no es una superentidad que sabe por sí solo, independientemente de las cosas; no existe dicha superentidad, no existe un Creador con un intelecto infinito. Dios no existe independientemente de la creación. Lo que sí existe es la “actuación total” (o funcionamiento) de la Realidad Fundamental o Absoluta junto con sus diferentes y variadas formas infinitas de manifestación. Esta Realidad Absoluta es idéntica al Yo.
Las enseñanzas que dejó Nisargadatta también están centradas en el hecho de que nuestra idea de causalidad está malinterpretada. Él entendió que la interconexión de diversas fuerzas en el universo es tan vasta e innumerable que la idea de causalidad, tal como es entendida en la actualidad, está errada. Los innumerables factores necesarios para que suceda algo determinan que, como mucho, uno puede decir que todo crea todo; hasta las elecciones que hacemos están predeterminadas por nuestro código genético, educación, limitaciones y luchas mentales y nuestros ideales éticos y filosóficos, entre otros. Todo esto está combinado de manera única en cada persona y está recontextualizado en consecuencia.
Esto nos lleva a la idea radical de que no existe un “hacedor”. Según Sri Nisargadatta y otros maestros de Vedanta, debido a que nuestra naturaleza o identidad no es la mente, no es el cuerpo, sino el testigo de la mente y el cuerpo, nosotros, como conciencia pura, no hacemos nada. La mente y el cuerpo actúan por iniciativa propia y nosotros somos los testigos de ellos, aunque con frecuencia la mente cree que es el hacedor. Esta idea falsa (de que la mente es el yo y es responsable de las acciones) es lo que nos impide reconocer nuestro Yo. Nisargadatta estableció algunas precauciones para tener en cuenta:
“La fuerza de la vida (prana) y la mente están operando (por voluntad propia), pero la mente te tentará a creer que eres “tú”. Por lo tanto, siempre debes tener presente que eres el testigo sin espacio y sin tiempo. Asimismo, aunque la mente te indique que tú eres el que está actuando, no creas en la mente. (…) El aparato (mente, cuerpo) que está en funcionamiento se ha encontrado con tu esencia original, pero tú no eres ese aparato”.
Sri Nisargadatta habló sobre la “vía directa” para conocer la Realidad Última, en la cual uno se vuelve consciente de la naturaleza original de uno por medio de la práctica de la meditación. Asimismo, Sri Nisargadatta Maharaj propuso utilizar la facultad mental de cada uno para llegar desde lo irreal hasta lo real, y la identificación falsa de la mente con el ego, simplemente escuchando lo que ha dicho el maestro y luego reflexionando constantemente sobre ello, teniendo siempre en cuenta que “Tú ya eres “Eso”.
Últimos años de vida
La autorrealización le permitió a Sri Maharaj estar sereno en los altibajos de su vida, en los momentos de felicidad y de sufrimiento que debió vivir. La pérdida de una hija muy querida, de una esposa devota y una madre venerada por él entre los años 1942 y 1948 y las pérdidas materiales importantes ocasionadas en su negocio no lo abatieron. Por el contrario, estos impactantes acontecimientos templaron su carácter. Debido a su falta de atención, sus propiedades inmuebles literalmente se volaron con el viento. Hizo frente a una desgracia detrás de la otra y en determinado momento declaró: “Afortunado debo ser, si me suceden las desgracias”.
Sus admiradores y adeptos, al ser testigos de su altura y fuerza espiritual, comenzaron a concentrarse alrededor de él. Para evitar distracciones él solía evitarlos. Si alguno insistía, lo interrumpía no prestándole atención. Igualmente, sus admiradores y adeptos se sentían muy atraídos hacia él. Con frecuencia, él solía resolver las dudas y dificultades espirituales que tenían ellos. Los asuntos mundanos eran inaceptables para él.
Él está en contra de la utilización de poderes espirituales (siddhis) para producir milagros. Debido a que pasaba la mayor parte del tiempo en su tienda, las discusiones espirituales generalmente se llevaban a cabo en la puerta de su tienda. Era común ver a algún que otro aspirante parado enfrente de su tienda. Para evitar inconvenientes, él nunca invitaba a nadie a estar con él ni él iba con nadie.
Luego de alejarse definitivamente de su tienda en 1966, Sri Nisargadatta Maharaj continuó enseñando y recibiendo visitantes en su casa, brindando discursos dos veces al día, hasta su muerte por cáncer de garganta, ocurrida el 8 de septiembre de 1981, a la edad de 84 años.
Gran parte de las charlas de Nisargadatta Maharaj fueron grabadas y, en consecuencia, esas grabaciones constituyen la base de “Yo soy eso” y de todos sus otros libros. Sus palabras no contienen símbolos culturales ni religiosos y el conocimiento que brinda carece de todo aquello que es innecesario.
El Dr. Robert Powell, discípulo y erudito de Advaita, resume en pocas palabras el estilo de Sri Nisargadatta Maharaj: “al igual que los maestros Zen de tiempos pasados, el estilo de Nisargadatta es abrupto, provocativo e inmensamente profundo: va directamente al tema central y pierde poco tiempo en lo que no es relevante. Sus dichos bruscos pero potentes son conocidos por su capacidad de provocar cambios en la consciencia, simplemente con escucharlos o hasta con leerlos”.