Nos guste o no, la influencia de las emociones en nuestro proceso de toma de decisiones es mucho más importante que lo que a la mayoría de nosotros nos gustaría reconocer. Independientemente de cuán analíticos pensemos que somos, la investigación más reciente en neurociencia confirma que las emociones están diseñadas para evaluar, sintetizar y formar la mayoría de nuestras acciones. Por lo tanto, es sumamente importante desarrollar y mantener una base emocional resiliente y fuerte que nos permita tomar grandes decisiones, tanto en nuestra vida personal como en nuestra profesión.

Existen muchísimas técnicas disponibles para aprender a manejar las emociones negativas o exteriorizar las positivas, entre las que se encuentran las “posturas del poder” (adoptar posturas corporales relacionadas con el dominio y la capacidad de aumentar nuestra confianza) y unas autoafirmaciones diarias para permanecer emocionalmente en el buen camino.

Gran parte de estas soluciones rápidas producen efecto pero no logran ayudarnos a construir una base emocional sólida que nos permita navegar el terreno complicado de la interacción con los demás y sus estados de ánimo, independientemente de cuáles sean éstos. Las herramientas más poderosas para desarrollar un centro emocional saludable y útil que nos permita tomar grandes decisiones y enfrentar desafíos con un alto grado de resiliencia y determinación se encuentran en el poder de las relaciones y la práctica diaria de la meditación silenciosa.

Pasar tiempo de calidad con las personas que nos brindan una experiencia de amor, diversión, agradecimiento y respeto permite que nuestro sistema de mente-cuerpo accione cambios físicos y psicológicos positivos. La evidencia no da lugar a dudas: nuestro sistema inmunológico se fortalece, obtenemos un estímulo de energía, reducimos nuestro estrés y a nivel emocional experimentamos seguridad y claridad. Asimismo, el poder compartir momentos conscientes con las personas que amamos, apreciamos o respetamos nos permite sentirnos optimistas, motivados, centrados, tolerantes y comunicativos. Con este marco mental, la toma de decisiones tiene más probabilidades de ser un éxito.

La práctica de la meditación silenciosa cuando nos despertamos y apenas volvemos del trabajo nos permite eliminar de nuestra mente las toxinas emocionales. De la misma manera que nuestro cuerpo elimina las toxinas físicas por medio de la actividad física, la meditación logra lo mismo a nivel de nuestra salud emocional. Si has experimentado ira, impaciencia, culpa, ansiedad y depresión, entre otros sentimientos negativos, debes tener en cuenta que si no eliminas esas emociones de tu sistema, se quedarán contigo y afectarán negativamente gran parte de tus decisiones, ya sea que estés diseñando un plan de negocios o brindando una opinión a un colega.

Recomendaciones:

– Programa actividades con amigos o seres queridos que sabes que desearás llevar a cabo.

– Cuando dediques tiempo a las personas que te importen y valores, oblígate a no prestar atención a tu teléfono celular. Bríndales tu atención plena y total.

– Comienza tu día y finaliza tu jornada de trabajo con una meditación silenciosa de 10 minutos. Elige una técnica de meditación que sea de tu agrado. La meditación que elijo yo incluye la utilización de un mantra, pero tú puedes utilizar otros anclas, tales como la respiración, entre otros.

– Cada día, envía 2 mensajes a 2 personas diferentes que ames, aprecies, te importen o respetes. Bríndales lo que los seres humanos más necesitamos: atención, afecto, y reconocimiento.