Lao Tzu fue un filósofo de la China milenaria y se le atribuye haber escrito el “Tao-Te-Ching” (tao: significa camino de toda vida, te: significa la utilización correcta de la vida por parte del hombre y chin: significa texto o clásico). Su asociación con el Tao Te Ching lo ha llevado a ser considerado tradicionalmente el fundador del taoísmo filosófico.
Primeros años de vida
Lao Tzu nació alrededor del año 604 a.C. en Louyang (actualmente provincia de Henan), China, con el nombre de Li Er. El nombre honorífico Lao Tzu (traducido como el viejo sabio o maestro) fue adquirido más adelante en su vida cuando trabajó para el Rey de Zhou, como conservador de los archivos imperiales.
Durante su empleo como archivista de estos rollos reales, Lao Tzu estudió vorazmente los libros del archivo. Al ser el conservador de archivos y libros sagrados, Lao Tzu obtuvo un gran conocimiento a medida que fue transcurriendo el tiempo. Dicho conocimiento fue utilizado en su sabiduría y filosofía. Algunos de los temas en los que se hizo más erudito fueron astrología y adivinación.
Fue contemporáneo del famoso filósofo chino Confucio (551-479 a.e.c.) y se dice que tuvo una entrevista con Confucio cuando fue a Luoyang a buscar información sobre el ritual Chou.
El nacimiento del Tao
Según la comprensión de Lao, que derivó del autoaprendizaje como resultado de los rollos acumulados por siglos en la biblioteca, vio que no obtendría satisfacción en esta vida si se quedaba en donde estaba. Se sintió deprimido por lo que había visto en el tiempo que había trabajado para el rey, entre otras cosas, hombres que se rehusaban a seguir el camino de la bondad natural. Cuando llegó a los 80 años de edad, Lao Tzu decidió jubilarse de su trabajo, insatisfecho por la situación política deshonesta.
Se dirigió hacia la frontera occidental de China en dirección al Tíbet en un búfalo de agua, dejando la civilización atrás. Cuando estaba atravesando el Paso de Shanggu, al oeste de Louyang, el guardián del paso, sabiendo que el filósofo no iba a regresar, lo convenció de escribir los principios de su filosofía para la posteridad. Lao Tzu decidió que destinaría 3 días a la composición de un libro que incluyera toda su sabiduría. El resultado fueron los 81 refranes del “Tao-Te-Ching” que significa El Libro del Camino. Este antiguo texto chino es el libro clásico más traducido del mundo, después de la Biblia.
Casi toda la información que se conoce sobre Lao Tzu proviene de los Registros Históricos de Sima Qian. No existen más indicadores respecto de la vida del sabio en el oeste; simplemente desaparece de la vista en el minuto que pasa la frontera del estado de Chu y se adentra en la selva.
Sus enseñanzas
Si bien los consejos sabios de Lao Tzu atrajeron seguidores, él se rehusó a poner en escrito sus ideas. Creía que las palabras escritas se podían llegar a solidificar, formando un dogma formal. Lao Tzu quería que su filosofía se conservara como un camino natural para vivir la vida con bondad, serenidad y respeto. Lao Tzu no fijó un código de conducta rígido. Por el contrario, creía que la conducta de las personas debía ser regida por el instinto y la conciencia.
Lao Tzu creía que la vida humana, al igual que todo lo demás en el universo, es constantemente influenciada por fuerzas externas. Él sostenía que la “simplicidad” era la clave para la verdad y la libertad. Lao Tzu alentó a sus seguidores a que observaran y trataran de comprender las leyes de la naturaleza; que desarrollaran la intuición y construyeran un poder personal; y utilizaran ese poder para conducir su vida con amor y sin fuerza.
Citas del Tao Te Ching
– “Conocer a los demás es sabiduría; conocerse a sí mismo es iluminación. Para dominar a los demás se requiere fuerza; para dominarse a sí mismo, se requiere poder verdadero. El que se da cuenta de que tiene lo que necesita, es verdaderamente rico”.
– “El que conoce a los demás es inteligente.
El que se conoce a sí mismo es iluminado.
El que domina a los demás es fuerte.
El que se domina a sí mismo es poderoso.
El que sabe cómo satisfacer sus necesidades es rico.
El que se esfuerza sin cesar es voluntarioso.
El que no pierde sus objetivos de vista vive largamente.
El que muere y no perece, es eterno.
– “Un líder es bueno cuando el pueblo apenas nota su existencia
Cuando un buen líder, que hable poco,
haya finalizado su trabajo y cumplido su objetivo,
La gente dirá: lo hemos hecho nosotros.
– “El que no se exhibe, brilla”.