La meditación puede ser una herramienta útil para mantener sano el corazón, declararon los investigadores que descubrieron cómo esta meditación mantiene la presión arterial baja.Y en el caso de las personas cuyos corazones ya sufren de enfermedades, la manera de prevenir complicaciones futuras es siendo optimista.
Los estudios respaldan las pruebas que sugieren que la gente estresada y aquellos que son propensos a los cambios del estado de ánimo tienen más riesgo de sufrir cardiopatías. Los científicos de la Facultad Médica de Georgia descubrieron por qué las personas que practicaban la meditación diariamente presentaban presión arterial significativamente más baja que aquellos que no meditaban.
La práctica mantiene los vasos sanguíneos abiertos y, por lo tanto, la presión se mantiene baja; mientras que la presión arterial alta ofrece un riesgo mayor de sufrir cardiopatías.
Conexión comprobada
El Dr. Vernon Barnes, quien encabezó el estudio, declaró: “durante años, hemos comprobado que los practicantes de mucho tiempo de meditación generalmente tienen presión arterial más baja que los no practicantes de la misma edad”. “Ahora estamos comenzando a entender realmente los mecanismos subyacentes responsables de la influencia positiva de la meditación en el caso de los factores de riesgo de cardiopatías”.
Los practicantes de la técnica dicen que la meditación difiere de otras técnicas porque no es necesaria la concentración. Dicen que sucede naturalmente, al igual que respirar. Los investigadores compararon 18 personas que practicaron meditación trascendental todos los días durante un período de años (todas estas personas ya presentaban presión arterial muy baja) con 14 adultos de mediana edad “muy saludables” que no meditaban. A todos se les dieron dos exámenes.
Primero, se midieron el ritmo cardíaco y la presión arterial de todas las personas mientras descansaban con los ojos abiertos y luego con los ojos cerrados.
Relajación
En el caso del examen con los ojos cerrados, a los meditadores se les indicó que meditaran y a los otros que se relajaran “lo más posible”. Durante la sesión, el grupo meditador mostró una disminución de la presión arterial y menos opresión de los vasos sanguíneos mientras que el otro grupo mostró aumentos.
“El contraste entre los dos grupos pudo haber sido más grande si los practicantes de la meditación hubieran sido analizados en su casa”, declaró el Dr. Barnes. “Algunos participantes informaron que su meditación fue interrumpida por el inflado del tensiómetro cada 5 minutos y por el hecho de que no se les permitía sentarse de piernas cruzadas, como estaban acostumbrados a hacer cuando meditaban en sus casas”.
Los resultados se dieron a conocer el lunes en la publicación Psychosomatic Medicine.
El optimismo previene las complicaciones
Otra investigación dada a conocer en la misma publicación mostró que una actitud optimista en respuesta a una enfermedad cardíaca puede ayudar a los enfermos a evitar un ataque. Informó que para encarar la enfermedad luego de la cirugía los pacientes que eran más optimistas sobre las probabilidades de supervivencia eran menos propensos a sufrir otras complicaciones cardíacas.
Las actitudes de los pacientes fueron medidas a escala de “adaptación cognitiva”, que catalogaba su capacidad para adoptar un pronóstico positivo. Los investigadores informaron que no sabían por qué era así, pero sugirieron que podía ser porque aquellos que tenían una capacidad de adaptación cognitiva más elevada cuidaban más su salud en general.
Dijeron que, alternativamente, el bienestar psicológico podría tener algún efecto indefinido sobre los procesos físicos que operan en las cardiopatías.