Aparentemente, los meditadores experimentados son capaces de apagar áreas del cerebro asociadas no sólo con el soñar despierto sino también con trastornos psiquiátricos, tales como el autismo y la esquizofrenia, de acuerdo con un nuevo estudio de imágenes del cerebro llevado a cabo por investigadores de Yale.
Tener menos sueño despierto ha sido asociado con un aumento en los niveles de felicidad, declaró Judson A. Brewer, profesor adjunto de psiquiatría y autor principal del estudio publicado la semana del 21 de noviembre en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences. Brewer declaró que comprender cómo funciona la meditación ayudará a la investigación de muchas enfermedades.
“Se ha demostrado que la meditación es útil en una variedad de problemas de salud, tales como ayudar a la gente a dejar de fumar, sobrellevar el cáncer y hasta prevenir la psoriasis”, declaró Brewer.
El equipo de investigación de Yale llevó a cabo resonancias magnéticas funcionales tanto en meditadores experimentados como en novatos, a medida que practicaban tres técnicas diferentes de meditación.
Descubrieron que los meditadores experimentados presentaban una actividad disminuida en áreas del cerebro denominadas red neuronal por defecto, que ha sido involucrada en lapsos de atención y trastornos, tales como la ansiedad, el déficit de atención y el trastorno de hiperactividad, y hasta incluso en la concentración de placas de beta-amiloide en el caso de la enfermedad de Alzheimer. La disminución de la actividad en esta red, que consiste en la corteza prefrontal medial y cingular posterior, fue observada en meditadores experimentados independientemente del tipo de meditación que estuvieran practicando.
Asimismo, las imágenes mostraron que cuando la red neuronal por defecto estaba activa, las regiones del cerebro asociadas con el automonitoreo y el control cognitivo estaban coactivados en meditadores experimentados, no así en los novatos. Esto podría indicar que los meditadores están controlando y suprimiendo en forma constante la emergencia de los pensamientos del “yo” o los divagues de la mente. En las formas patológicas, estos estados están asociados con enfermedades tales como el autismo y la esquizofrenia.
Los meditadores hicieron esto durante la meditación y también cuando se encontraban descansando, si bien no se les indicó que hicieran nada en particular. Esto podría indicar que los meditadores han desarrollado un modo por defecto “nuevo” en donde existe mayor conciencia centrada en el presente y menos conciencia autocentrada, según indicaron los investigadores.
“La capacidad de la meditación de ayudar a que las personas permanezcan en el momento presente ha formado parte de las prácticas filosóficas y contemplativas durante miles de años” declaró Brewer. “Por el contrario, el sello distintivo de muchas enfermedades mentales es una preocupación sobre los pensamientos propios, una condición que parece ser afectada por la meditación. Esto nos da algunos indicios respecto de los mecanismos neurales de cómo puede estar funcionando a nivel clínico”.
Entre los investigadores de Yale se encuentran Patrick D. Worhunsky, Jeremy R. Gray y Hedy Kober.
La investigación fue financiada por los Institutos Nacionales de la Salud y el Centro Clínico, de Educación e Investigación de Enfermedades Mentales de Nueva Inglaterra, del Departamento de Asuntos de Veteranos de Guerra de los Estados Unidos. El trabajo de uno de los investigadores del estudio previamente mencionado fue financiado parcialmente por la beca del Premio de Ciencia Clínica y Traslacional de Yale (CTSA, sus siglas en inglés) del Centro Nacional para Recursos de Investigación de los Institutos Nacionales de la Salud.