Jesús nació alrededor de 2-6 a.e.c. en Belén, Judea. Si bien no se sabe mucho de su vida, es la figura central del Cristianismo y a quien la mayoría de las denominaciones cristianas veneran como el Hijo de Dios encarnado.

La Biblia

La mayor parte de la vida de Jesús es contada a través de los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento de la Biblia, conocidos como los evangelios Canónicos. Se parecen más a un documento teológico con una intención alegórica que a una biografía. Fueron escritos por Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Están escritos para provocar que la gente tenga fe en Jesús como el Mesías y la encarnación de Dios, quien vino a enseñar, sufrir y morir por los pecados de las personas.

Se ha escrito muy poco sobre los primeros años de la vida de Jesús. El Evangelio según Lucas cuenta que un Jesús de 12 años de edad había acompañado a sus padres en un peregrinaje a Jerusalén y se separó de ellos. Fue encontrado varios días más tarde en un templo, discutiendo asuntos con algunas de las personas mayores de Jerusalén.

En todo el Nuevo Testamento, existen referencias respecto de Jesús trabajando como carpintero cuando ya era un joven adulto. Se cree que comenzó su ministerio a la edad de 30 años, cuando fue bautizado por Juan el Bautista, quien al ver a Jesús lo declaró el Hijo de Dios.

Amor

Jesús impartió conocimiento sobre el amor. Él dijo: “ama con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Ama al prójimo como a ti mismo. No hay nada más importante que esto”.

Una de las enseñanzas más conocidas y difíciles de Jesús es amar no sólo a nuestros amigos y nuestra familia, sino también a nuestros enemigos. Jesús explicó que no hay nada especial o extraordinario en amar a aquellos que nos corresponden con amor, hasta la gente mala lo hace. Él dijo: “pero ama a tus enemigos, hazles el bien y ayúdalos sin esperar nada a cambio”.

Perdón

Jesús enseñó que las personas deben perdonar a aquellos que les han hecho mal y que no es suficiente perdonar solamente una vez, sino que debemos perdonar cada vez que nos hacen mal. Jesús dijo: “si tu hermano peca, repréndelo y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca en contra de ti siete veces en un día y siete veces viene a ti y te dice: me arrepiento, perdónalo”.

Juzgar a los demás

Jesús advierte que no hay que juzgar a los demás. Jesús dijo: “¿cómo puedes decirle a tu hermano: “déjame sacar la paja de tu ojo” cuando todo el tiempo tienes una viga en tu propio ojo?” Hipócrita, primero quita la viga de tu propio ojo y luego podrás ver claramente para quitar la paja en el ojo de tu hermano”.

Riqueza y pobreza

Jesús enseñó que hay que ser incondicional y generoso para dar a los que necesitan. Nunca dijo que era pecaminoso poseer riquezas. Pero sí enseñó que poseer riquezas dificulta que una persona lleve una vida espiritual ya que la riqueza puede llegar a arraigarse demasiado a sus posesiones.

La idea de esta enseñanza es que las personas no deben concentrarse mucho en lo que tienen en este mundo. Estamos aquí por muy poco tiempo, razón por la cual debemos permanecer enfocados en las cosas que realmente importan: amar y servir.

El impacto de Jesús

Sea cual sea la opinión que uno tenga respecto de la historicidad de los eventos descriptos en los Evangelios, y ciertamente existen muchas visiones al respecto, una cosa no está en duda: Jesús tuvo un impacto abrumador en aquellos que lo rodearon. Los Evangelios hablan con frecuencia de grandes multitudes seguidoras de Jesús. Tal vez ellos se le hayan unido por la reputación que él tenía de sanador.

Tal vez se le unieron por la capacidad que tenía para enseñar. Cualquiera sea la causa, es muy probable que el miedo de las autoridades a las multitudes sea la razón por la cual crucificaron a Jesús. En un mundo en donde no existía la democracia, la muchedumbre representaba una amenaza más importante que cualquier otra cosa para el gobierno romano.

A pesar de la gran popularidad que Jesús tuvo durante toda su vida, el primer movimiento cristiano posterior a la muerte de Jesús fue un pequeño grupo con una zona de influencia pequeña en Jerusalén. Se trató de un puñado de los seguidores más cercanos a Jesús que continuaron siendo fieles al legado de Jesús porque estaban convencidos de que Jesús era el Mesías, que había muerto por los pecados de todos los hombres y que se había levantado entre los muertos. Se trató de un movimiento que recibió un gran impulso con la llegada de la figura menos pensada, el apóstol Pablo.

Pablo, famosamente convertido en el camino a Damasco, viajó miles y miles de kilómetros alrededor del Mediterráneo para difundir la palabra de Jesús. Fue precisamente Pablo quien propuso la doctrina que convertiría al cristianismo de una pequeña secta del judaísmo a una fe mundial que estuvo abierta a todos.