El balance vida-trabajo conlleva dos elementos que en la actualidad ya no son considerados como ciertos: la compartimentación y la distribución. La primera significa que tu vida profesional está separada de tu vida personal y la segunda hace referencia a algún tipo de administración del tiempo de manera tal que nos permita distribuir equitativamente estas actividades para seguir sanos.
Con respecto a tratar la vida laboral y la vida personal como dos actividades independientes, esta idea es completamente errada. Si mantienes una discusión con un compañero de trabajo o simplemente tienes un mal día en la oficina, este estado emocional afectará tus interacciones familiares y sociales. De la misma manera, si un ser querido tuyo está enfermo o si tienes dificultades económicas, este estado de ánimo repercutirá en tu trabajo u ocupación principal. El trabajo y la vida personal son dos aspectos de UNA misma vida; están completamente entrelazados e interconectados entre sí. Intentar separarlos es simplemente imposible.
En cuanto al aspecto de distribución que implica la palabra “balance”, analicemos lo siguiente: si no te agrada tu trabajo y tu vida personal es un desastre, entonces el balance laboral y personal implica que debes distribuir tu tristeza equitativamente. Esto simplemente no tiene sentido.
Lo que las personas realmente buscan es la realización personal y profesional, no un balance. Cuando hablamos de realización profesional, nos referimos a que las personas buscan oportunidades en las cuales aplicar sus fortalezas y talentos, sentirse respetadas, valoradas y saber que están realizando un aporte perdurable. En cuanto a la realización personal, la mayoría de las personas desea tener relaciones sanas, divertidas y amorosas, así como también oportunidades para el desarrollo personal que le permita convertirse en versiones mejoradas de ellos mismos.
Cuando analizo mi vida, claramente existe una falta total de “balance laboral y personal” en el sentido tradicional de la frase. Brindo seminarios, conduzco talleres, realizo entrenamientos personales y participo en charlas en todas partes del mundo. En ocasiones, me encuentro preparando un discurso un sábado por la tarde o jugando con mis niños un martes por la mañana, en pleno horario laboral. Cada semana es completamente diferente de la anterior; no existe una distribución equitativa en prácticamente ningún aspecto de mi vida, a excepción del tiempo que dedico a la actividad física y a la meditación silenciosa. Afortunadamente, me siento realizado en gran parte de lo que hago y la distribución irregular del tiempo respecto de estas actividades no me preocupa en lo más mínimo.
Existe una cita de un maestro budista zen que llevo grabado en mi mente desde hace dos décadas. Se trata de una de mis citas preferidas y ojalá te invite a la reflexión. Dice así:
“El Maestro en el Arte del Vivir no distingue muy bien entre su trabajo y su diversión, su labor y su recreo, su mente y su cuerpo, su educación y entretenimiento, su amor y su religión.
El difícilmente sabe cual es cual .
El simplemente persigue su visión de excelencia en todo lo que hace, dejando a otros que decidan si es que está trabajando o jugando.
Para él, él siempre está haciendo ambas cosas.”
¿Qué piensas? Me gustaría saber tu opinión en la sección de comentarios que aparece a continuación.
César Gamio
Educador Master, Centro Chopra para el Bienestar
Consejero Senior, Centro Global para el Liderazgo Consciente