La repercusión bienvenida inesperada de Covid-19

Uno de los aspectos positivos que ha surgido del encierro como consecuencia de la pandemia es el hecho de que mucha gente ha comenzado a realizar actividad física. En efecto, el fin de semana salí a andar en bicicleta por el barrio con mi hija y vimos parejas jóvenes y mayores, familias y personas de todas las edades corriendo, haciendo caminatas energéticas, andando en bicicleta o simplemente dando paseos largos.

Como consecuencia de los distintos tipos de condiciones físicas que presentaban, era evidente que algunos estaban reconectándose con la actividad física mientras que otros simplemente seguían su rutina de siempre. Independientemente de esto, nos encantó ver que todos estuvieran activos físicamente de nuevo.

La ciencia todavía no ha descubierto por completo por qué el ejercicio es tan bueno para nosotros, sin embargo los datos que tenemos son reveladores. Existe una evidente relación inversamente proporcional entre la actividad física y la manifestación de enfermedades, lo que significa que cuánto más ejercicio hagamos de manera regular, menos propensos seremos a sufrir enfermedades.

Fue muy gratificante saber que las personas que nos cruzamos el fin de semana fortalecerán su sistema inmune, podrán dormir mejor, controlarán su peso, mejorarán su humor y accederán a energía natural como resultado de su ejercicio físico.