En las publicaciones anteriores hablamos sobre 2 de las 4 razones por las cuales experimentamos estrés. La primera está relacionada con la manera en la que percibimos las situaciones cotidianas, que deriva de la configuración de la red neuronal en nuestro cerebro. El segundo desencadenante de estrés se relaciona con un descenso del nivel de azúcar en la sangre producido por ingerir alimentos con alto contenido de azúcar y que liberan esta misma azucar rápidamente en nuestro torrente sanguíneo. Este artículo se ocupa del tercer desencadenante del estrés: el consumo de estimulantes cargados de cafeína, tales como el café y la mayoría de los tés.

Beber café y té se ha convertido en una rutina tan común en nuestra vida diaria que nos hemos olvidado de que estas bebidas aparentemente inocuas afectan nuestro sistema mente-cuerpo, en especial con relación al estrés. Debemos tener en cuenta que tanto el café como el té blanco, verde, oolong y negro (que provienen de planta llamada Camellia Sinensis), se ubican en la columna de estimulantes junto con los refrescos de cola, las bebidas con cafeína, el chocolate, el alcohol, las bebidas energizantes, los cigarrillos y las píldoras de cafeína.

También existen otros tipos de estimulantes, entre los que se encuentran los estimulantes psicológicos (un trabajo desafiante, una película de terror, etc.) y los estimulantes ilegales (anfetaminas, cocaína, etc.). No obstante, nos enfocaremos en los estimulantes con los cuales la mayoría de nosotros hemos desarrollado una relación afectiva.

El té siempre ha sido asociado con el alivio del estrés. Sin embargo, los tipos de té más comunes (blanco, verde & negro), tales como el English Breakfast, Earl Grey y el Orange Pekoe, entre otros, contienen cafeína. La cafeína constituye el psicotrópico legal y más popular del mundo, ya que produce una alteración en las funciones cerebrales, provocando modificaciones en la percepción y el estado de ánimo. Tan sólo unos minutos después de consumir cafeína, tu cuerpo comienza a liberar un torrente de hormonas, entre las que se encuentran la adrenalina y el cortisol, responsables de producirnos estrés.

Diversas investigaciones indican que incluso un consumo moderado de cafeína provoca que una persona reaccione como si estuviera atravesando un día estresante. Por lo tanto, si actualmente eres una persona que se estresa fácilmente como consecuencia de su configuración cerebral (primer factor), imagina lo que puede suceder si consumes alimentos con alto contenido de azucar, tales como los pasteles (segundo factor), junto con un té, un café, alcohol o cualquier otro estimulante (tercer factor). Sin lugar a dudas, la mezcla de estos tres factores potenciará exponencialmente la activación de estrés en ti.

Sé lo difícil que sería para muchos de nosotros reducir el consumo de lo que consideramos uno de los placeres tradicionales de la vida. A fin de cuentas, es simplemente una cuestión de conciencia y elección. Por eso, hazte la siguiente pregunta: ¿Cómo quiero sentirme cada día?

Disminuir tu consumo de cafeína te brindará acceso a una clase de energía que es pura y natural y que te sostendrá durante más tiempo sin sufrir efectos secundario. La reducción gradual en la ingesta de los estimulantes anteriormente mencionados tendrá un gran efecto en la disminución de tus niveles de estrés. Te lo garantizo.

A continuación, te brindo algunos consejos para que puedas comenzar a reducir tus niveles de estrés:

  • Reduce gradualmente tu consumo de café y té: bebe una taza menos de té/refresco/café por día/semana.
  • Si te gusta el té, opta por infusiones o tisanas (a veces llamado té herbal), que no provienen de la planta Camellia Sinensis, tales como manzanilla, anís, canela, cardamomo, salvia, jengibre, romero, menta, tila, valeriana, bálsamo de limón, y Jamaica.
  • Elige bebidas y alimentos descafeinados.
  • Reduce el tiempo de reposo del té tradicional (ya que reduce la cantidad de cafeína).
  • Si tomas analgésicos, elige aquellos que no contengan cafeína.
  • Controla tu consumo de cafeína y lee las etiquetas.
  • ¡Asóciate! Busca el apoyo mutuo en un amigo(a) que esté tratando de reducir su consumo de cafeina al igual que tu.

Conozco muchas personas que han sido bebedores de café y té durante muchos años, al punto de que ingerir esas bebidas se convirtió en parte de su identidad. Me complace informar que el 100% de aquellas personas que tomaron la decisión de reducir en gran medida la cafeína o eliminarla de su vida se han sorprendido gratamente al descubrir cuánta más energía tienen y cómo han desaparecido aquellos altibajos emocionales que experimentaban.

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